Glow

La piel está cubierta por millones de microorganismos que forman una barrera microbiológica llamada microbiota. La microbiota cutánea es un ecosistema muy complejo que tiene varias funciones, pero la principal es la de defender la piel y regular el sistema inmune y regenerativo de esta. Podríamos decir que la microbiota cutánea es el primer sistema defensivo, a través del tacto, y que se comporta como un centinela poniendo en alerta al resto de los órganos defensivos de la piel en caso necesario (glándula sebácea, melanocito, células defensivas…).

La piel sufre cambios que alteran la homeostasis en el ecosistema de la microbiota. Se produce un desequilibrio entre las bacterias beneficiosas y las bacterias dañinas, lo que afecta a la salud de la piel y a todos sus procesos metabólicos, apareciendo infecciones como el acné, rojeces, pieles reactivas y disfunciones en la regeneración y síntesis de colágeno y elastina.

Los prebióticos contenidos en GLOW son activos procedentes de fermentados vegetales procesados por biotecnología, cuya función es alimentar y acondicionar el ecosistema donde se desarrollan las bacterias que conforman la microbiota cutánea, la cual es de vital importancia para la salud y el equilibrio de la piel. Son capaces de regenerar la flora natural de nuestra piel, para recuperarla y equilibrarla de manera rápida y eficaz. Por tanto, son activos de última generación imprescindibles para tratar todo tipo de pieles, pero especialmente las más delicadas, sensibles e intolerantes.

La línea GLOW consigue que todos los departamentos de la piel funcionen en sincronía, restableciendo el equilibrio en el complejo ecosistema de la piel.